Es indispensable que los niños reciban la corrección adecuada, los padres tenemos la OBLIGACIÓN de formarlos pero también es necesario encontrar un equilibrio para que esta corrección sea asimilada de forma positiva y perdure en el tiempo.
El problema de la disciplina viene cuando la aplicamos en un momento de ira o frustración; es decir, cuando simplemente aplicamos una “transferencia de ira”. Consiste en lo siguiente: En el trabajo, el jefe recibe un reclamo del director general, entonces ese jefe reprendido descarga su ira en el empleado quien, a su vez, llegará molesto a su casa y volcará su frustración en su esposa, la esposa lo hará en el hijo y el niño, le dará una patada al perro, el perro descargará su rabia con el gato…y así sucesivamente.
A continuación les detallo 5 formas de “Disciplina Negativa” y cómo cambiarlas por “Disciplina Positiva”:
1- En la Disciplina Negativa se expresan órdenes: “Vete de aquí y siéntate” y frases desagradables: “No fastidies”
2- Se lanzan frases de crítica: “Todo se te cae” y frases ofensivas: “Cómo puedes ser tan irresponsable”
3- Se confronta al niño con frases amenazadoras: “Si no obedeces te arrepentirás”.
4- Se establecen castigos poco razonables: “No saldrás de tu cuarto en todo el día”
5- En la Disciplina Negativa los padres no controlamos las reacciones explosivas: “Fuera, fuera de aquí!!” mientras golpeamos la mesa con la mano.
Haciendo algunos cambios y ajustes en nuestra conducta, se podrán solucionar de forma casi automática, muchos de los problemas que presentan nuestros hijos.
Formas de aplicar una Disciplina Positiva:
1- Hay que corregir con amor. Para lograrlo, la corrección tiene que ser serena y ponderada; sin precipitaciones ni apasionamientos.
2- La corrección debe hacerse sin ironías ni sarcasmos. Con esperanza de verdadera mejoría.
3- Hay que saber elegir el momento para corregir. Deberá hacerse los más pronto posible y en un ambiente de intimidad y tranquilidad.
4- La corrección debe ser directa y en privado. No vale la murmuración, la queja al aire o la denuncia anónima.
5- Es necesario conseguir un clima de confianza. Hay que evitar ser rígidos y distantes, vamos a abrirnos ante nuestros hijos y a expresar nuestros sentimientos.
6- No debemos juzgar las intenciones. Cuando un padre corrige sobre la base de rumores, suposiciones o sospechas corre el peligro de ser injusto.
7- La corrección debe ser específica y concreta, centrándose en el tema; sin exageraciones ni generalizaciones. Conviene hablar de una o dos cosas cada vez.
8- Corregir con empatía. Hay que ponerse en el lugar del otro, en sus circunstancias; tratando al hijo como a los padres nos gustaría ser tratados.
9- El hijo debe saber suficientemente la razón por la que se le corrige.
10- Nunca hay que hacer comparaciones con otros niños. La corrección nunca alejará a los hijos de los padres, la forma en que la apliquemos será la que nos distancie o, por el contrario, fomente la cercanía.
Una disciplina aplicada con amor, producirá amor. La corrección administrada con respeto, infundirá respeto. @PadresAlLimite Fuente: “Educar sin Maltratar” Autor: David Solá. “Eduquemos a nuestros Hijos” Autor: José Luis Navajo.
cortesía: www.erikatipoweb.com
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