La decadencia fÃsica durante la vejez podrÃa ser el precio evolutivo que tenemos que pagar para llegar sanos a la edad de tener hijos.
Un nuevo estudio ha usado todos los datos acumulados durante una década de investigación sobre las bases genéticas de las enfermedades complejas (desde el párkinson al cáncer, pasando por la diabetes) para poner a prueba las diferentes teorÃas evolutivas de la senectud.
La capacidad de averiguar si un individuo es sano o si desarrollará alguna enfermedad a lo largo de la vida ha mejorado mucho a medida que se han ido recogiendo datos.Â
Para empezar, los cientÃficos han considerado si los marcadores para cada enfermedad tienen un efecto en la juventud o en la vejez. La distinción es muy importante ya que si una mutación tiene consecuencias nocivas en la vejez, nuestros genes ya se habrán traspasado a la descendencia y la selección natural no podrá actuar. Los resultados de este estudio muestran que la frecuencia y el efecto de las mutaciones que causan enfermedades en la vejez son mayores que las que causan enfermedades a una edad temprana. Hemos encontrado un umbral evolutivo a los 40-50 años, edad biológicamente significativa porque limita el perÃodo reproductivo, dice Navarro.
Los estudios bioinformáticos realizados por Juan Antonio RodrÃguez, primer autor del trabajo, han demostrado además que hay mutaciones que son beneficiosas en la juventud pero que se vuelven perjudiciales en la vejez. Pero al ser positivas durante el periodo reproductivo serán favorecidas por la selección natural y traspasadas a la descendencia, y por lo tanto difÃcilmente se podrán suprimir, explica. La decadencia fÃsica durante la vejez podrÃa ser el precio evolutivo que tenemos que pagar para estar sanos a la edad de tener hijos, indica Elena Bosch, colÃder del estudio y jefe de grupo en el IBE. Por ejemplo, un medicamento que damos a un niño puede tener efectos negativos cuando sea viejo. Por el contrario, también puede ocurrir que una persona muy enfermiza en la niñez, si sobrevive, tenga una salud de hierro en la tercera edad. Los resultados de la investigación se publican en la revista Nature Ecology & Evolution.
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