Para resistir a las implacables pirañas, el arapaima, un gran pez del Amazonas, está dotado de un chaleco antidientes compuesto, a la vez duro en el exterior y flexible en el interior, reveló un análisis con rayos X realizado por investigadores.
Según el estudio publicado por una revista cientÃfica británica, las escamas del Arapaima gigas actúan como una armadura natural a varios niveles de defensa, una estructura única que no tiene nada que envidiarle a los chalecos antibalas de militares y policÃas.
Una estructura sofisticada a base de elementos biológicos simples es el secreto del blindaje tan eficaz del arapaima, explican los investigadores.
El primer nivel de defensa de las escamas es su superficie de solo medio milÃmetro de espesor pero rica en minerales y muy dura, capaz de impedir la penetración de los dientes de los predadores acuáticos, llegando incluso a veces a quebrarlos.
Justo por debajo hay una segunda capa más flexible, dos veces más gruesa, compuesta de láminas de colágeno (una proteÃna) orientadas en direcciones distintas y capaces de alinearse en función de la presión a la que son sometidas.
El resultado es que el impacto de las mandÃbulas de las pirañas se amortigua y se reparte en una gran superficie, lo cual impide que el blindaje exterior se rompa.
Es una versión natural pero más perfeccionada del acolchado que se ponÃa por debajo de la cota de malla en las armaduras de los caballeros medievales.
Y para perfeccionar aún más el dispositivo, las escamas del animal se superponen de tal forma que transmiten la energÃa a la capa inferior.
Más conocido en Brasil bajo el nombre de pirarucu o pirosca, el Arapaima gigas es uno de los peces de agua dulce más grandes, con especÃmenes que pesan más de 200 kg y miden tres a cuatro metros de largo.
Si las escamas lo protegen contra las pirañas y otros predadores naturales, resultan de menor utilidad contra el más temible de todos, el ser humano, que lo pesca intensamente por su carne.
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