La terapia con animales ha demostrado ser beneficiosa en el tratamiento de niños con autismo y son muchos los niños con TEA (trastornos del espectro autista) que aprenden a comunicarse con la ayuda de animales.
Justo los gatos, por sus peculiares caracterÃsticas, no parecen ser especialmente sociables, pero sorprendentemente ayudan a los niños con autismo a mejorar sus relaciones sociales. ¿Qué tiene un gato para ofrecerle a un niño con autismo? Muchos beneficiosos de los que hablaremos a continuación.
El gato es paciente, tranquilo y tiene su propio ritmo interior. Ofrece cariño y hace compañÃa sin apenas molestar. Es un animal de naturaleza reservada que no necesita atención constante pero que está siempre dispuesto a una sesión de mimos. La interacción con el gato ayuda a los niños con autismo a salir de su mundo privado y adentrarse, aunque sea un poco, al mundo de los demás.
Según un estudio realizado por la Universidad de Queensland, los niños autistas que tienen un gato como mascota son más propensos a hablar, mirar a la cara y sonreÃr. Los gatos ayudan a regular el nivel de ansiedad de estos niños, contribuyen a que se tranquilicen y adquieran mayor autoconfianza.
Otro estudio publicado en PLOS Journal en 2012 realizado con 260 familias con niños autistas revelaba que la llegada de una mascota a la familia después de los que niños cumpliesen los 5 años, una edad clave, hacÃa que estos niños fuesen más propensos a compartir y a sociabilizar con los demás.
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