Cuando Jonny nació, todos en la familia Hickey lo celebraron. Pero para su primer cumpleaños sus padres, Grant y Linda, se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Después de hacerlo examinar, le diagnosticaron autismo. Jonny no interactuaba con nadie y se volvÃa un poco agresivo cuando estaba con extraños. La familia tenÃa dos perros, pero tampoco se acercaba a ellos. Una noche de septiembre del 2012, cuando Linda estaba viendo las noticias, mostraron las fotos de una perrita llamada Xena, que habÃa sido muy maltratada. Enseguida Linda buscó la página en Facebook que habÃan creado para Xena, y desde esa noche comenzó a pedir a Dios por ella. Todas las mañanas revisaba por Internet las notas de la recuperación de la perrita. Xena se iba sanando poco a poco, y Linda decidió que querÃa adoptarla para ayudarla en su recuperación. Pero lo más asombroso pasó cuando Xena entró por primera vez a la casa, Jonny abrió sus brazos y ella corrió hacia él. Ambos se fundieron en un abrazo y Jonny no dejaba de sonreÃr. Fue un verdadero milagro, y hoy dÃa son inseparables. Jonny ha cambiado por completo, ahora se comunica con todos, y cada vez que sale con la familia, reparte abrazos a todos los que encuentra. Jonny ni siquiera tocaba la comida con las manos, no lo soportaba, pero ahora él es quien se encarga de alimentar a Xena. Y además de esto, su rendimiento en la escuela es excelente. Grant y Linda dicen: "Hemos gastado muchÃsimo dinero en terapias para nuestro niño, pero nada le ayudó. Xena llegó y todo cambió". Está familia realizó un acto de bondad con esta perrita, y lo que recibieron fue mucho más grande: un milagro en la vida de su pequeño.
Este hermosa historia nos dice que cualquier cosa que hagamos para ayudar a otros, sean personas o pequeños animalitos, como el caso de esta perrita, lo recibiremos multiplicado en bendiciones para nosotros. Esta familia también demostró, que los problemas no son excusas para dejar de hacer el bien. Asà que tratemos de olvidarnos un poco de nosotros mismos, y enfoquémonos en brindar un poco de amor a quienes nos rodean, pues es probable que ayudando a otros encontremos nuestras salidas. ¡Que Dios te de un Feliz DÃa!
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